El gran Miklós Rózsa (1907-1995) compuso esta preciosa ost ambientada en el mundo de la Reconquista española, una sociedad mestiza reflejada perfectamente en la melodía principal recreando la cultura arabesca y su armonía. Ost nomanada al Óscar (1961).
que es el
morir; allí van los
señoríos derechos a
se acabar e consumir;
30 allí los
ríos caudales, allí los
otros medianos e más
chicos, allegados,
son iguales los que
viven por sus manos 35 e los ricos.
Invocación
Dexo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
non curo de sus ficciones,
que traen yerbas secretas
sus sabores.
Aquél sólo me encomiendo,
Aquél sólo invoco yo
de verdad,
que en este mundo viviendo,
el mundo non conosció
su deidad.
Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nascemos,
andamos mientras vivimos,
e llegamos
al tiempo que fenesçemos;
assí que cuando morimos,
descansamos.
El
año pasado, mediados de abril de 2012, se cumplió el centenario de la
publicación del poemario ‘Campos de Castilla’
de Antonio Machado, que puso por vez primera a Soria en el mapa cultural de
España. Además, toca recordar los cien años del fallecimiento de Leonor
Izquierdo Cuevas. Será el 1º de agosto, pues ‘fue a las diez de la noche / en
la calle Estudios, 7 / con dieciocho años cumplidos / ¡maldita la mala muerte!
/ cuando Leonor expiró’. Se cerraba así el negro paréntesis abierto el 13 de
julio de 1911 en París, al evidenciar la joven esposa, mediante un vómito de
sangre, los síntomas de la letal tuberculosis, el llamado mal del siglo.
Sucedió en París, sí; ‘cuando la enfermedad de Leonor nos hirió como un rayo en
plena felicidad’, diría Machado. Creo que ya saben los lectores los detalles de
esta tristísima historia de amor.
Desde que
Antonio, viudo en Baeza, pidiera a su buen amigo José María Palacio que subiera
al alto Espino ‘donde está su tierra’ y le llevara flores a su difunta esposa,
generaciones sucesivas de sorianos continúan ese ritual, en respuesta a tan
piadosa petición. En especial, los alumnos de su Instituto que, todos los años,
el día 22 de febrero, aniversario de la muerte de Machado en Collioure,
ascienden al cementerio y recitan poemas en su honor. Y depositan sobre la
tumba de Leonor aquellas flores frescas prometidas.
CXXVI- A JOSÉ MARÍA PALACIO
Palacio, buen amigo, ¿está la primavera vistiendo ya las ramas de los chopos del río y los caminos?.. (…) Con los primeros lirios y las primeras rosas de las huertas, en una tarde azul, sube al Espino, al alto Espino donde está su tierra.
El
día 15 de febrero de 1837, uno de los grandes y más leídos periódicos de la
época, el Eco del Comercio, en la cuarta plana, no en laprimera,
ni en la segunda, publica el siguientesuelto: «A las ocho menos
cuarto de la noche de antes de ayer, se suicidó de un pistoletazo nuestro
distinguido escritor don Mariano José de Larra, bien conocido en el mundo
literario por sus muchas y preciosas producciones, y cuya pérdida habrán de
lamentar eternamente todos los que sepan apreciar nuestras glorias literarias,
que tanto lustre han adquirido con las obras de este desgraciado joven. No nos
atrevemos por delicadeza a manifestar la causa que ha motivado esta catástrofe.
Noticiosos sus muchos amigos de que había de enterrarse
su cadáver en la mañana de hoy en sepultura de misericordia, por no haberse
dado disposición alguna por ninguno de sus parientes para que se efectuase con
el decoro debido a uno de nuestros primeros ingenios, se decidieron a costearle
su entierro y sepultura, que tendrá efecto a las cuatro de la tarde de hoy,
saliendo de la iglesia de Santiago donde está depositado, acompañándole hasta
su última morada la juventud literaria de Madrid».